Yo te lego hijo mío un corazón
Un motor que no cesa sus latidos
y cabalga montado en la pasión
Una Brújula que por norte tiene el bien
zapatillas con alfombras voladoras
por si el valle se espinara de razón
Yo te lego un escudo con la cruz
Y esta espada celosa de verdad
Que nunca se ha devuelto sin sangrar
Ni se ha desenvainado sin dolor
Y te lego la luz por devoción
Y por madre a María del Señor
El instinto de inclinarte ante sus pies
La costumbre de rogarle protección
Yo te lego el rojo por color
Para que aprendas a pintar con el azul
Y te duermas sobre el verde campo en flor
Y te lego en silencio mi canción
ojalá que tu quieras entonarla
Tiene coro de ángeles guardianes
Y cadencia de palomas blancas
El talento y la gracia son los dones
Que Dios reparte a su antojo y decisión
Yo te lego por virtud la admiración
Por lo bello, lo bueno y lo mejor
Llevarás el aprecio por las hadas
Y azares de bosques encantados
Aunque debes manejarte con cuidado
Porque entre ellos se desliza la traición
La alegría se recoge del camino
Son frutos silvestres que alimentan
La felicidad que está hecha de quimeras
Y se esfuma si pretendes retenerla
Y te dejo hijo mío además
un tesoro esposado a un altar
por la mujer que más hayas amado
Y el vicio de quererla hasta el final
Incluyendo la osadía de perderla
Aunque sientas que la vida allí se va!
Aquí te encomiendo la fidelidad
Por moneda en el hábito de amar
Y por prenda que vistas la lealtad
Aunque sea de harapos su costura
No hay fortuna mayor que la amistad
Yo te lego una estirpe de hidalguía
De nobleza, trabajo y sencillez
También lleva defectos mi legado
Esa sed insaciable por volar
…y un estigma que sangra de por vida
y le llaman soledad!