Para que no me encontraras así
para que creyeras que no te esperé
porque sana antes la herida de traición
que la culpa
por abandonar a los que amamos.
Tal vez porque mis palomas se extraviaron
o porque dejé de aparecerme en tus palabras.
Quizá porque te me hiciste imprescindible
o porque tu perfume devino en fantasma...
Y sé que es de tramposos saltar al abismo,
fundirse en el telón, abdicar,
alterar el guión,
usar el conjuro de invisibilidad.
… es que tampoco valía jugar al amor!
Acaso por desconfianza,
por temor a que las cenizas
ya no lograran nuevas alas,
decidí apostar todo
a la nada.