A sus ojos que juegan a
mirarme
a sus manos de plumas y
palomas
al imán encendido de su boca.
Por la tibia y ardiente
melodía
que transpira suspiros de
encontrarnos
y que sabe a ¿por qué
tardaste tanto?
Al abrazo que casi se me
muere
congelado en el hielo de los
años.
A su fina belleza que me
halaga
al erótico pudor de sus palabras
al deseo incontrolable de
tenerle
al impulso de fundirme en
sus entrañas.
Yo me rindo a su instinto
maternal
a la gracia infinita de su
encanto.
Tierra y agua
soy viento y claridad
que vierte sus deseos en tu seno
que muere en la esperanza de
nacer
que hace lo que siempre vino
a hacer!