jueves, 17 de julio de 2014

fecundo


A sus ojos que juegan a mirarme
a sus manos de plumas y palomas
       al imán encendido de su boca.
Por la tibia y ardiente melodía
que transpira suspiros de encontrarnos
y que sabe a ¿por qué tardaste tanto?

Al abrazo que casi se me muere
congelado en el hielo de los años.
A su fina belleza que me halaga
al erótico pudor de sus palabras
al deseo incontrolable de tenerle
al impulso de fundirme en sus entrañas.

Yo me rindo a su instinto maternal
a la gracia infinita de su encanto.
Tierra y agua
                          soy viento y claridad
que vierte sus deseos en tu seno
que muere en la esperanza de nacer
que hace lo que siempre vino a hacer!