domingo, 14 de noviembre de 2010

Secuestrarte



     Me encantaría secuestrarte
aunque sea por unos minutos
para poder expresarte cosas del alma.


     Te confesaría al oído dos o tres verdades
de esas que talla la vida con cincel de lágrimas
y que no las sabía cuando te dejé partir.


    Tendría que atarme para no abrazarte
y liberarte antes de cumplido tres minutos
de lo contrario pediría un rescate impagable.


    Te tomaría las manos...
y en tus ojos pondría una mirada infinita
que sólo aparece cuando te veo.


    Por último te besaría...
no para despedirme y devolverte la libertad
sino para recordarte
                               que de mí nunca te irás!

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