miércoles, 21 de septiembre de 2016

alguna Vez

He guardado en sus ojos
                   mi Santo Grial.
He bebido sus labios
                   derretidos en los míos.
Ha gritado mi herida.
Me ha flameado en su mástil.

Ha buscado mi esperma
                  como leona a su cría.
Me ha llevado orgullosa
                  satisfecha, encendida.

Compartió la utopía
                 de bucear los abismos.
La esperé de su muerte.
Se perdió en mi tormenta.
Escapó de mis redes.

Yo creí que era mía.
Se quedó sin mi cuerpo.
Se durmió tarareando
                   el latir de mi pecho.

Yo traté de olvidarla
         pero vuelvo a su flama
                  como el río a su lecho.

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