La ilusión de los relojes envejece
como el hambre de creer que no cenamos
el desierto de Jesús hace al demonio
y la mar interminable, los naufragios.
Mi ansiedad por recorrerte va alejando
beso a beso mi destino de esperarte
y los pasos que te acercan van borrando
los segundos que una vez eternizamos.
No hay espacio,
ni tiempo en nuestras manos
sólo vida, que amasamos mientras late
expandiendo el universo al infinito
convirtiendo en eterno los instantes!
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