domingo, 3 de noviembre de 2013

eucaristía

Hay estrellas que son guías infinitas
jubileos que sumamos al recuerdo
jardines del alma que iluminan
como faros en la noche de tormentos.

Yo quería homenajear en este día
al misterio y a la gracia recibida
se me ocurrió levantar un nuevo altar
una forma de reír,
                  de elevarnos, de rezar.

Aposté a la geometría de los astros
al despliegue rectilíneo de sus brazos
y Valiéndome de históricas ventanas
me apoyé en el perfume de sus ramas.

Una fiesta es el encuentro de las almas
más allá de formales argumentos,
yo quería regalarles un momento
que quedara impregnado en sus recuerdos.

Una copa y un mantel con alimentos
sol y luna, viento y agua, cielo y tierra
elementos de lo que estamos hechos
Universos conectados a lo eterno.

Quise hornearles bocaditos de emociones
servir sopa calentadora de inviernos
que el Pan brotara,
                             si entonábamos canciones
que emanara el Vino,

                             al evocar los ancestros. 


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