La pluma que
atraviesa mi sombrero
es la misma que germina
en tus aldeas,
la que escala
flotando con la nieve,
la que busca
tallando la madera
con tinta, con vino
o con metal.
Si me han visto en
el valle o en el frío
como hijo de tu
sangre me han tenido.
Tal vez porque un
roble me ha acunado
o por
confundir en águila, un caballo
es que sueño y
persigo tu ideal.
El camino siempre
ha sido tu verdad.
El silencio que retoña
de tus notas
es campana que convence
a despertar.
…y la misma niña
espera que regrese
sonriendo entre
el cielo y el trigal !
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