Entramos juntos al bosque
donde se eligen las almas
y un unicornio con alas
nos cautivó la mirada.
En la tierra navegamos
la misma estrella dorada
y crecimos con el canto
de la infinita mañana.
Aprendimos a reírnos
y encendimos una llama
que mantenía su luz
aun cuando transpiraba.
Alguna vez el camino
jugó a que nos alejaba
pero sorteando sus curvas
al final nos abrazaba.
Bebimos de manantiales
tan puros como fatales
parecíamos inmunes
pero ahora te has marchado.
Coronados de laureles
muchas veces nos hallaron
otras, buscando una huella…
ahora, desesperados!
1 comentario:
a Luis Fernando Molinari
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