Si quieres que hablemos me vas a encontrar
temprano, al alba o llegado el ocaso
muy cerca del espejo que quiere ser mar
con vista a la unión del cielo y el agua.
En otros horarios te voy a esperar
a los pies de la imagen más iluminada
de nuestra amada madre de Dios
en su altísima casa frente a la plaza.
Si mis palabras no te alcanzaran
ni mis caricias de brisa te gratificaran
llámame y muy pronto me tendrás
para llenarte de cuanto se te antojara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario