viernes, 20 de julio de 2018

Lucía


El llanto de la niña se incrustó
como daga lacerando mi costado
tan pequeña, un angelito que nació
                con el corazón partido!

Cuatro años de terapias intensivas
de Médicos, logros y medicinas
fue sorteando felizmente cada paso
                 cicatrizando heridas.

Pero una noche oscura sucedió
que Lucía se perdió entre la neblina
como por encantamiento se olvidó
de reír  e iluminar con su sonrisa.

En un acto misterioso decidió
acabar con la promesa y la alegría
y desde esa noche amarga entristeció
grita y llora de dolor, enloquecida.

Yo la tuve entre mis brazos y sentí
que teníamos la misma sintonía:
Porque nos han arreglado el corazón
pero no nos han devuelto la vida!



                                                                              29/VI/15