El llanto de la niña se incrustó
como daga lacerando mi costado
tan pequeña, un angelito que nació
con el corazón partido!
Cuatro años de terapias intensivas
de Médicos, logros y medicinas
fue sorteando felizmente cada paso
cicatrizando heridas.
Pero una noche oscura sucedió
que Lucía se perdió entre la neblina
como por encantamiento se olvidó
de reír e iluminar con su sonrisa.
En un acto misterioso decidió
acabar con la promesa y la alegría
y desde esa noche amarga entristeció
grita y llora de dolor, enloquecida.
Yo la tuve entre mis brazos y sentí
que teníamos la misma sintonía:
Porque nos han arreglado el corazón
pero no nos han devuelto la vida!
29/VI/15