jueves, 21 de mayo de 2015

del abrazo sin beso


En un bosque del valle la encontré
tendida en el espanto y malherida.
Con las alas quebradas y sus pies
enredados entre lazos de mentiras.

La más bella que nunca imaginé
como un ángel, dormida, aparecía
dorada, azul, rosada y nívea
moribunda pero aún se sonreía.

Le costaba respirar pero intenté
descifrar lo que su boca no decía.
En sus ojos entreabiertos pude ver
la clave del dolor que padecía.

Su ondulado manto acaricié
y noté que su pecho no latía.
Junté flores, hice un ramo y las tiré
me propuse firmemente revivirla. 

Abusarme de sus labios ensayé
convencido que mis besos le darían
lo que el príncipe del cuento
                                       y la abracé.
Yo sentí que la besaba o me moría.

Y fue entonces que creí desfallecer
en mi pecho sus sollozos se fundían
en un llanto que me hizo estremecer.
Yo sin besos pero ella estaba viva!

Sus ventanas del alma desnudé
y entre lágrimas más me agradecía.
Yo lloraba porque nunca la besé

Ella porque entre mis brazos renacía!