Mis palabras la hirieron como balas
Cayó ante mis pies
y no pude abrazarla.
Alguna vez la muerte
le había arrebatado
le había arrebatado
La piel, el aliento, el calor y la llama.
Yacía ante mí un ángel sin madre
Unidos en mis ojos
su imagen y mis lágrimas.
Tuve que pronunciar las palabras mágicas
la alquímica fórmula
que devela un fantasma.
Ella se derrumbó y yo con sus alas.
Le tomé una mano
y quise abrazarla.
Todavía siento su latir en mi alma!