lunes, 3 de octubre de 2011

El destino en nuestras manos


Dicen que está escrito
               en nuestras manos
el destino que nos fijó Dios.
Yo no creo que sean esas hojas
exclusivas del cielo y su hacedor.

Porque el día que la rosa me arrancaron
otra línea de la vida me marcó
y desde entonces yo vivo
imaginando que vivimos los dos.

O cuando debí frenar el filo
de la espada que en mi carne se incrustó
varias líneas de mis manos se tacharon
y otras nuevas alargaron mi final.

Sin contar las del drama o el dolor,
te aseguro que los años me borraron
muchas otras que de niño se leían
convirtiéndolas en surcos de canción.

Y haciéndome cosquillas en la palma
garabateó mil caminos el amor!