La garra de Eva
me quiere matar
me convida
una manzana envenenada
mientras
sigue escuchando a la serpiente.
Si Dulcinea
hubiera aprendido a leer
tal vez me
hubiera respondido alguna carta.
Tantas veces he
jugado a ser Sansón
y Dalila
siempre rapa mi esperanza.
Me ahogué cada
vez que fui Narciso
en el
espejo embriagante de sus ojos.
Navegué como
Paris y capturé a la más bella
pero nunca he logrado convencerla.
Cuántas Troyas
tendré que conquistar?
por cada
Helena que asegura
haber
sido secuestrada.
Cuántas Julietas
más se dormirán
y tendré que suicidarme equivocado?
Cuántas Ginebras
me cambiaron por Lancelot?
y como
Arturo he debido condenarlas.
Cuántas
Cleopatras acabarán en mi tumba?
Hace mil y una
noches que no duermo
Sherezade
no ha parado de encontrar
argumentos
que me alejen de su cuello
ella
cree que me engaña y yo la quiero!
Cuántas melodías
compondré para Teresa
que leyó “para Elisa” y se casó con otro.
Ojalá pudiera
presentar a Magdalena
aunque no sea una santa
ni parezca la más bella!